Artículo de opinión
En la
actualidad, los programas de entretenimiento para chicos no tienen la cultura
consumista, pero sí contienen una saturación de publicidad que los atraviesan.
Mientras los chicos miran dibujos animados, asocian la felicidad al consumo de
objetos.
Los
niños están contentos y felices a partir de que tienen una Barbie, una
computadora, un juego para hacerse trenzas o una película, que simbolizan la
tendencia actual de Disney; a su vez se van haciendo cada vez más
‘dependientes’ de los objetos. Pero detrás de estas demandas concretas, lo que
el niño pide es amor, y lo que el paradigma actual le ofrece son cosas”. Esta
situación no se da sólo en las producciones de Disney, sino que es una
constante en la mayoría de la oferta televisiva de los niños, lo cual complejiza
aún más el panorama, ya que hace prácticamente de la publicidad un lugar común.
Esta problemática se complejiza en los niños de entre dos y siete años, a los
cuales van dirigidos muchos de los productos de Disney, ya que son más
accesibles a las influencias televisivas, donde aprenden a cómo interactuar con
su ambiente mientras desarrollan aspectos de su personalidad.
En
ese contexto de hiperestimulación consumista y como si fuera un contrapunto, el
Ministerio de Educación de la Nación desarrolló el primer canal educativo y
público para todos los niños de Argentina y de América latina: la señal Paka
Paka, el poder de la imaginación. La propuesta, que tiene fines pedagógicos y
no comerciales, consiste en una nueva señal infantil con contenidos orientados
a educar y a entretener, abierto a la cultura de todos los sectores de nuestro
país y a distintas expresiones del globo. (Roberto Samar).
En
ese sentido, Paka Paka contempla producciones de alta calidad que respetan los
derechos humanos, estimulan la creatividad e imaginación, promueven la
diversidad, la inclusión y fundamentalmente no contienen publicidades; por lo
cual no promueven la asociación de la felicidad con la posesión de objetos.
Como
ciudadanos y como futuras profesionales de la educación, debemos exigir que se
garantice el derecho de nuestros niños de acceder a esta señal infantil
educativa y pública, ya que en esos consumos audiovisuales también se está
construyendo nuestro futuro y las formas que tendremos de ver el mundo.
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